Cuenca del Ecuador es la capital de la provincia del Azuay. Está situada en la parte meridional de la Cordillera andina ecuatoriana; es la tercera ciudad de mayor importancia en el Ecuador y se caracteriza por mantener la tranquilidad y hermosura de una ciudad antigua. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1999.
El 1 de Diciembre de 1999, la UNESCO decidió incluir el Centro Histórico de Cuenca en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Circunscrito por las calles Bolívar, Estévez de Toral, Lamar, Malo, Sangurima, Hermano Miguel, Gran Colombia, Huayna Cápac, Sucre, Vega y la Bajada de Todos Santos (Calle Larga), sobre un área de 200 hectáreas, las últimas décadas le imprimieron una renovación de imagen y funcionalidad que contribuyó de manera significativa a su conservación.
No obstante, como parte del propio proceso de desarrollo de la urbe, y por ende de sus necesidades de expansión, los antiguos habitantes del Centro Histórico fueron paulatinamente saliendo de él como lugar de residencia, para constituir barrios en los alrededores y aun en las periferias.
Mientras tanto, la mayoría de las antiguas viviendas, caracterizadas por un estilo arquitectónico de corte vernáculo pero visiblemente determinado por lo francés de finales del siglo XIX y comienzos del XX, se fue refaccionando en función de la actividad comercial, siempre pujante y en constante desarrollo.
La transformación del Centro Histórico hacia el espacio visible hoy en día, con las características arquitectónicas y urbanísticas que lo definen, se dio sobre todo en esta época, la de la transición entre los dos siglos, a raíz del flujo de capitales que representó la exportación de la cascarilla y del sombrero de paja toquilla.
A partir del trazado original de la ciudad, en cuya fundación fueron elementos fundamentales la iglesia y el cabildo, Cuenca ha conservado un aspecto aparentemente colonial, aunque la mayor parte de sus edificios, con excepción de la Catedral Antigua y los Monasterios de las Conceptas y de la Asunción, son de corte republicano. Cuatrocientos cincuenta años después de su fundación española, esta presencia se conserva aún a través de construcciones reveladoras de tres clases de poderes: el Político, mediante la Gobernación y la Municipalidad; el Eclesiástico o Religioso, representado por las dos catedrales; y el de la Justicia o Judicial, cuyo símbolo es el edificio de la Corte Superior de Justicia.
Este espacio, cuyas calles conservan como signo distintivo los adoquines de piedra, es el escenario en el que se presentan dos acontecimientos religiosos de enorme raigambre popular: el Pase del Niño, que se celebra cada 24 de diciembre, y el Septenario o Fiesta del Corpus Christi, en el mes de junio.
Elementos históricos dignos de visitar son, a la vez, el monumento a Abdón Calderón, héroe cuencano de las gestas libertarias por obtener la independencia de la Corona española; y una pequeña loza en memoria del mártir liberal Luis Vargas Torres, fusilado a un costado del Parque Calderón, muy cerca de la entonces Catedral Nueva en construcción, en el año 1887.
El 1 de Diciembre de 1999, la UNESCO decidió incluir el Centro Histórico de Cuenca en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Circunscrito por las calles Bolívar, Estévez de Toral, Lamar, Malo, Sangurima, Hermano Miguel, Gran Colombia, Huayna Cápac, Sucre, Vega y la Bajada de Todos Santos (Calle Larga), sobre un área de 200 hectáreas, las últimas décadas le imprimieron una renovación de imagen y funcionalidad que contribuyó de manera significativa a su conservación.
ResponderBorrarNo obstante, como parte del propio proceso de desarrollo de la urbe, y por ende de sus necesidades de expansión, los antiguos habitantes del Centro Histórico fueron paulatinamente saliendo de él como lugar de residencia, para constituir barrios en los alrededores y aun en las periferias.
Mientras tanto, la mayoría de las antiguas viviendas, caracterizadas por un estilo arquitectónico de corte vernáculo pero visiblemente determinado por lo francés de finales del siglo XIX y comienzos del XX, se fue refaccionando en función de la actividad comercial, siempre pujante y en constante desarrollo.
La transformación del Centro Histórico hacia el espacio visible hoy en día, con las características arquitectónicas y urbanísticas que lo definen, se dio sobre todo en esta época, la de la transición entre los dos siglos, a raíz del flujo de capitales que representó la exportación de la cascarilla y del sombrero de paja toquilla.
A partir del trazado original de la ciudad, en cuya fundación fueron elementos fundamentales la iglesia y el cabildo, Cuenca ha conservado un aspecto aparentemente colonial, aunque la mayor parte de sus edificios, con excepción de la Catedral Antigua y los Monasterios de las Conceptas y de la Asunción, son de corte republicano. Cuatrocientos cincuenta años después de su fundación española, esta presencia se conserva aún a través de construcciones reveladoras de tres clases de poderes: el Político, mediante la Gobernación y la Municipalidad; el Eclesiástico o Religioso, representado por las dos catedrales; y el de la Justicia o Judicial, cuyo símbolo es el edificio de la Corte Superior de Justicia.
Este espacio, cuyas calles conservan como signo distintivo los adoquines de piedra, es el escenario en el que se presentan dos acontecimientos religiosos de enorme raigambre popular: el Pase del Niño, que se celebra cada 24 de diciembre, y el Septenario o Fiesta del Corpus Christi, en el mes de junio.
Elementos históricos dignos de visitar son, a la vez, el monumento a Abdón Calderón, héroe cuencano de las gestas libertarias por obtener la independencia de la Corona española; y una pequeña loza en memoria del mártir liberal Luis Vargas Torres, fusilado a un costado del Parque Calderón, muy cerca de la entonces Catedral Nueva en construcción, en el año 1887.